En el año 2003 la Unesco advierte de los riesgos inminentes de la globalización para las expresiones de un mundo plural y diverso, por tanto, promulga la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Uno de los aspectos más relevantes de esta convención con respecto a las otras convenciones sobre patrimonio cultural radica en el reconocimiento que se hace a las comunidades portadores para que sean estas las que decidan sobre cómo salvaguardar su patrimonio cultural.
Es obligatorio para los Estados Parte la observancia de la restricción de no incluir en sus Listas Representativas las manifestaciones no compatibles con los instrumentos internacionales de Derechos Humanos existentes o aquellas que sean contrarias a los imperativos de respeto mutuo entre comunidades grupos e individuos. Colombia por su parte, agregó a estas restricciones las manifestaciones que promuevan la violencia hacia los animales.
Las estrategias que propone esta convención corresponden a 3 Listas y un fondo:
- Las listas representativas de patrimonio cultural inmaterial
- Los inventarios de PCI
- La lista de buenas practicas
- El fondo de salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial
Actualmente Colombia ha implementado las dos primeras y participa activamente en la propuesta de proyectos para el fondo de salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial.